Desarrolla tu creatividad

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Siguiendo con el tema de la creatividad, si tienes una manifestación o dos del gen Neuregulin 1, es necesario tener hábitos para desarrollar la creatividad, si no tienes ninguna expresión del gen, esto no es para ti. La creatividad no surge como por ensalmo. Para ser creativo hay que tener hábitos que te faciliten hacer esas conexiones improbables que demanda el pensamiento creativo. Aquí mis sugerencias, que aunque eclécticas estoy seguro te orientarán.

1.Consume contenido creativo y transdisciplinario. ¿Por qué te gusta Instagram? Porque Instagram sabe lo que te gusta y te lo da a manos llenas, como niño suelto en dulcería. Suena a Perogrullo, pero la realidad es que los algoritmos de inteligencia artificial te llegan a conocer mejor incluso que tu mismo. Te envuelven en una burbuja de cosas que te gustan y te alejan de la realidad. Un ejemplo claro se vio en las elecciones presidenciales mexicanas del 2024. Los algoritmos envolvieron a los Xochitlovers de forma que muchos juraban que ganaría Xóchitl Gálvez. No dejes que te envuelvan, pero eso implica estar consciente de esta cooptación y pelear contra ella.

Cura tus redes sociales. Si abres Instagram o Tiktok y lo que te ofrecen es bailecitos, chistes, chavas o chavos buenos, sketches cómicos o es monotemático, significa que estás hundido en la miseria creativa. Si quieres cambiar las cosas significa que necesitas hacer un proceso de curaduría de tus redes sociales. Mira a quién sigues, en Twitter haz listas de temas generales de interés, en Instagram o Tiktok busca cosas que interesantes y sumérgete para que el algoritmo cambie y te muestre contenido creativo, solo procura que sean temas que aporten a tu crecimiento aunque no sean necesariamente del área que quieres desarrollar.  Puede ser arte, música, literatura u otras formas de expresión creativa o bien buscar inspiración en las obras de otros y ve cómo utilizan diferentes técnicas y enfoques. Explora campos que te son ajenos e investiga cómo se hacen las cosas en esos campos, eso te va ayudar a conectar puntos.  A mí me gustan mucho los procesos de producción, puedo estar horas viendo cómo se hacen las cosas, de cualquier tipo, desde ruedas de ferrocarril hasta tejido de punto. Es importante entender la maquinaria y herramientas que utiliza la gente, suena muy ñoño pero me ayuda a extrapolar procesos y encontrar soluciones a problemas nuevos.

2. Desarrolla el cinismo creativo. Ya hablamos de que los creativos tienden a ser insolentes. Es necesario desarrollar una sabiduría práctica basada en una forma de pensar crítica, subversiva y totalmente revulsiva, frente a los sistemas sociales vigentes y las convenciones. Las formas críticas levantan cejas. Y cuando eres creativo, a veces tus propuestas no son bien recibidas y la mayoría de la gente tiende a tomarse el tema de forma personal. Se autolimitan, como si tuvieran alguna tara. Desde que somos niños estamos malacostumbrados a la burla ajena, que tienes las orejas grandes, estás gordo, tienes la voz aguda o dijiste algo que no estaba con la opinión general, por esto hacemos lo imposible por encajar. Si quieres ser creativo, hay que echarle cara dura a la vida, endurecer el cuero y recordar la regla del 20 – 40 – 60. A los 20 años piensas que todo el mundo está al pendiente de lo que haces y te critican personalmente todo. A los 40 no te importa lo que digan los demás. A los 60 te das cuenta que a nadie le importa lo que hagas, que la gente tiene sus propios problemas y cuitas y a los 15 minutos ya se olvidó de ti o de lo que hiciste. Créelo.   

3. Establece restricciones creativas: Las limitaciones generan creatividad. Recuerda la ley de Aristarco sobre la creatividad: tiempo y creatividad son inversamente proporcionales, esto es: cuando el tiempo tiende a infinito, la creatividad tiende a cero. Establece un reto o una limitación específica, por ejemplo, escribe un poema con solo tres palabras o crear una obra de arte usando solo un color, establece una fecha de caducidad o pon un cronómetro para tener ideas. Trabajar dentro de límites te obliga a pensar fuera de la caja.

Otra restricción interesante es pensar dentro de la caja. Imagina un escenario donde tengas que buscar una solución solo con lo que está en tu habitación. O una solución a un problema de tu trabajo pero solo utilizando material que se encuentra en tu oficina o en el almacén de la empresa. O bien quita un componente escencial de algún producto y piensa cómo podrías estar obteniendo el mismo beneficio de ese producto pero sin el componente que quitaste y usando algo que se encuentre en la misma habitación donde se utiliza el producto. Piensa dentro de la caja.

4. Haz ejercicio, practica la atención plena y desconecta de la electrónica.  Desconectarse del constante estímulo de la electrónica es vital. Incluso si es solo por treinta minutos a una hora al día, puede mejorar radicalmente la capacidad de tu cerebro para generar pensamientos originales y encontrar inspiración desde dentro. Mientras que Internet puede ser un gran lugar para encontrar ideas de otros, es importante esculpir algún tiempo lejos de ella también. Esto es importante. Dar un paseo o correr escuchando un audiolibro o música que te gusta impide a tu cerebro hacer las conexiones necesarias para generar pensamiento creativo. El estímulo constante lo distrae de la tarea de pensar.


5. Toma descansos de claridad todos los días a la hora del trabajo. Si trabajas esta pausa de 30 a 45 minutos en su rutina diaria, te permitirá dar un paso atrás para comprender el panorama general y, potencialmente, dejar un poco de tiempo para un proceso de pensamiento más visionario y estratégico. Podrás diferenciar con claridad lo importante de lo urgente.

6. Comienza un cuaderno creativo. Dicen que es mejor la más pálida de las tintas que la más brillante de las memorias. Captura tus pensamientos, ideas y observaciones en un diario. No importa cuán nimias. Las ideas tienen que madurar y crecer, jamás vas a tener una idea completa a la primera pensada. Este cuaderno pronto se convertirá en un espacio valioso para explorar tus ideas más adelante, desarrollarlas con el tiempo, y volver a visitarlas más tarde. Leonardo Da Vinci es el epítome de estos cuadernos. Se estima que escribió más de 10,500 hojas en sus cuadernos, de las cuales solo sobrevive le 40% hasta nuestros días. Date una vuelta en https://www.leonardodavinci.website/cuadernos/ donde se encuentran los enlaces a los códices, solo falta el códice Leicester, que le pertenece al tacaño de Bill Gates.  

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